Mucho se dice que no es bueno fomentar las mentiras y se enseña a los niños a mantenerse alejados de ellas. Pero en el caso del teatro, es una muy buena opción seguirla y acudir a ver la puesta en escena Mentiras, que se presenta en el teatro México del Centro Teatral Manolo Fábregas.
El fin de semana pasado tuve la oportunidad de acudir al recinto a ver la obra y me llevé una agradable sorpresa. A la llegada me percaté de que había largas filas de público que buscaba afanosamente un boleto para poder disfrutar de este musical.
Ver el teatro a su máxima capacidad me demostró que en realidad esta obra se convierte en un verdadero fenómeno entre el público que quiere recordar la música de los años ochenta. La producción ha cuidado todos los detalles, por mínimos que estos sean. Por ejemplo, la música que se escucha de fondo, que recuerda telenovelas y comerciales de la época, desde el momento en que el público se está acomodando en sus lugares.
Y, a partir de que el telón se abre y se ilumina el escenario, se reafirman las razones por las que la puesta en escena musical se ha convertido en la favorita del público.
Las actuaciones y voces de Pía Aun, Crisanta Gómez, Mónica Huarte, Marta Fernanda, Leticia López, Paola Gómez, Georgina Levín y Andrés Zuno así lo demuestran.
Pero, sin lugar a dudas, entre las mujeres destaca el trabajo de Mariana Treviño, quien le saca el mayor jugo a su personaje y deja relucir su lado de comediante que causa las delicias de los espectadores.
Mientras que Mauricio Martínez y Patricio Borghetti son una verdadera sorpresa y han convencido a todos aquellos incrédulos que pensaban que eran simplemente galanes que se aprovechaban de su imagen. Con esta obra demuestran su capacidad actoral y, por supuesto, su habilidad para el canto.
Todos ellos, alternando funciones, llevan al recuerdo al público con interpretaciones de los éxitos de los años 80. En base a una historia sencilla, en la que se investiga un asesinato, se retrata toda una época a través de los temas musicales. Pero con excelentes interpretaciones, con juegos de voces que en ocasiones mezclan varios temas a la vez y hacen que el público se emocione, vibre y termine de pie cantando y bailando. Una obra altamente recomendable que no se pueden perder.
02-Feb-2010Juan Carlos Cuellar*
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/851716
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