Detrás del escenario, la realidad antes de la magia
La puesta en escena llega al Teatro Galerías al tiempo que revela sus secretos
GUADALJARA, JALISCO (30/MAY/2013).- Todo un frenesí tras el escenario. Ingenieros, técnicos y actores que se mueven a toda velocidad, para que cada elemento, marca y objeto esté en su lugar. Así se vivieron los minutos previos al arranque de la primera función de ''¡Si nos dejan!'', el musical que ayer abrió su breve temporada.
Y es que la cara del teatro es otra desde que se anunció la llegada del montaje. Los visitantes encontraron una fachada remozada, y un lobby lujosamente remodelado. El Galerías dejó atrás su look descarapelado para lucir de color morado, y con una lona que simula una fachada clásica.
Eso, a la vista de todos. Pero detrás del escenario, donde los ojos del público no podían asomarse, se gestó otra transformación. ''¡Si nos dejan!'', una puesta en escena de dimensiones titánicas, utilizó todo el espacio disponible en camerinos e hizo que se modificara el escenario para poder albergar su montaje.
Frente al escenario, observando con un silencio sepulcral, las partituras de las canciones que serían tocadas por la banda. Un silencio que iba a ser roto una vez que la primera función diera comienzo.
Los nervios andantes
Son las 17:50 horas. Detrás del telón del Galerías hay una estampa de lo vernáculo. Sombreros, trajes, pañuelos, lazos, espuelas, pistolas de utilería, botas, huaraches, globos, fuetes y guitarras se comieron metro a metro el espacio disponible tras bambalinas del recinto.
En los camerinos, los actores lucían animados. Vocalizando, a medio vestir, relajados en apariencia, aunque muriéndose de nervios por dentro. Los hombres, “haciendo lo más masculino de la carrera de actor”, según ellos. O en otras palabras, maquillándose, un proceso que les toma media hora de esfuerzo. Las mujeres, enfrascadas en el maquillaje y los vestidos de amplias faldas.
“Lo que sucede tras el escenario es lo único que el público no puede ver”, explicó un ansioso Ernesto D’Alessio, minutos antes de la primera función. Lo dice mientras presume su vestuario. “Son 15 cambios, tienen que ser rapidísimo. Creo que lo logro sólo por la adrenalina”.
En otro camerino está Lety López, la actriz tapatía que encarna a ''Paloma'', la protagonista de la obra. Los nervios y el orgullo son dos cosas que no oculta ni disimula. También ella presume su vestuario, especialmente por lo pesado que es. “Algunos vestidos pesan hasta 15 kilos”, revela. Es de esas cosas que la gente no sabe, agrega.
Lo que sí se sabe es el orgullo que le tiene todo el grupo de histriones a la obra. “Me regalaron una muñequita de 'Paloma' —explica Lety—, y es uno de esos regalos, uno de esos detalles que se valoran. Todo lo referente a '¡Si nos dejan!', me llena de orgullo”.
Son las 18:10 horas. La vocalización está a punto de terminar. Casi todos los actores ya están caracterizados. ''¡Si nos dejan!'' comienza a trabajar en su reto más grande: conquistar al público tapatío, como ya lo lograron con el capitalino. El frenesí de los camerinos finalmente llega al escenario.
CRÉDITOS: Informador Redacción / RMPMayo-30 00:21 hrs
Fuente: www.informador.com.mx
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